Al borde del suicidio


Tras leer el acertijo que me dedicó Pedro hace unos días con la insana intención de fastidiarme mis vacaciones decidí cambiar mi plan de viaje, me coloqué una camiseta con una gran bandera de los Estados Unidos y me lancé por las calles de Bagdad, pero tuve la mala suerte de tropezarme con Sarkozy y la Bruni, que me acogieron en su comitiva y me devolvieron sano y salvo a casa. Lo reconozco, ¡soy incapaz de resolver estos anagramas!

Debido al estrés que me supone ser funcionario e interar resolver los misterios de Pedro me fui a visitar el jardín de primavera más bonito del mundo, o al menos así reza en su publicidad, el Keukenhof situado en las afueras de Amsterdam. Un "idílico" jardincito con millones de tulipanes de 500 clases diferentes y 50 km de senderos donde tras sacarte 13 euros por la entrada no existe ni una fuente en la que saciar la sed para que pagues los 3 euros que cuesta cada mini-botella de agua. Y si quieres ir al baño porque tanta belleza te hizo estallar la próstata también se puede hacer previo paso por caja. La cosa es que yo esperaba encontrarme con un remanso de paz y relax que me hiciera olvidar durante unas horas del sufrimiento de los funcionarios pero me encontré con los 50 km de senderos con más gente que en la Feria de Abril y los San Fermines juntos.

Así pues he decidido regresar para seguir contando mi martirio diario. Por cierto en la foto me podéis ver al fondo.

2 comentarios:

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Hola Funcionario:
Después de ver todos los contratiempos sufridos en aquellos, al parecer, preciosos jardines de Amsterdam, no puedo por menos que decirte que todo ello lo tienes merecido por marcharte de vacaciones y dejar abandonado tu blog durante tantos días. A ver si espabilamos y recuperas el tiempo perdido.
En cuanto a Pedro, es un tío con muy mala leche. A mi me tuvo con el anagrama dos noches sin dormir y cuando lo hacía 5 minutos, me despertó mi mujer cabreada porque decía, que si yo estaba enamorado de una lombarda, que si era una castaña mi vida con ella, que si había dicho no sé que en "Aquí hay tomate", y no sé qué de una chuleta para los exámenes, En resumidas cuentas, que entre unas cosas y otras casi me cuesta un divorcio.

Pedro dijo...

¡Cría cuervos...! (y tendrás cuervitos...)
¡Lo que pasa es que no me queréis como antes...!