El preso número 35: el ingenio de los funcionarios


Pepe (nombre ficticio) acababa de ser destinado a una importante comisaría de la Policía Nacional. Era un policía raso, joven, con ilsuión y muchas ganas de trabajar. En su primer día ya recibió una importante tarea: un inspector jefe se le acercó enérgico, "Pepe, toma esta lista, vete abajo y mete a estos 35 en el furgón que llegará dentro de un rato para que sean deportados a su país de origen".
Nunca le habían encargado una misión tan trascendente. Debía responsabilizarse de los 35 detenidos, magrebíes, y meterlos en un furgón. Sencillo, entretenido y a su vez perfecto para que sus jefes confiaran en el.
Pepe llega los calabozos y entra en el que se encuentran su grupo. Con ayuda de otros dos compañeros los saca y los lleva al sótano, donde acaba de llegar el furgón. Un último repaso. Los pone en fila antes de entrar y pasa lista...y sorpresa...¡sólo hay 34! El mundo se le cae a los pies. La primera vez que le hacen un encargo y la ha cagado. Se le pasan mil ideas por la cabeza, incluso llega a pensar que el detenido 35 se le había extraviado entre los pasillos laberínticos de la comisaría. Ya está, me voy expedientado a mi casa. Vuelve a pasar lista. Nada, le falta uno. ¿Había 35 cuando los sacó del calabozo? ¿Su jefe tenía la lista correcta? "¿Algún problema?" le indica uno de sus compañeros. "No, ninguno. Voy a por el que me falta, que estaba en un despacho declarando", le dijo.
Sin dudarlo ni un instante y haciendo gala de un ingenio digno del Equipo A, Pepe decide salir de la comisaría. Una gran cola rodea el edificio, se trata de los centenares de inmigrantes que deben renovar sus papeles y que llevan allí desde las 3 de la madrugada. Se dirige sin dudarlo a un pequeño grupo de cinco que reían y charlaban alegremente, "a ver, documentación". Cesaron las risas. Uno por uno les fueron mostrando los papeles...menos uno, "yo tener en casa, sólo acompañar a mis amigos". "Perfecto -señaló Pepe-, no se preocupe, acompáñeme que haremos las oportunas averiguaciones"..."adelante, adelante, pase al interior del furgón, que a lo largo del día se arregla todo".
Pepe ya tenía al prisionero 35...y el pobre magrebí poco podía imaginar que unas horas después sería entregado a las autoridades fronterizas de algún país árabe. Si es que la vida te da sorpresas...por cierto ¿dónde estará el verdadero prisionero 35?

8 comentarios:

Marta dijo...

Ostras tu, sin miramientos ¿eh?.
El nº 35 se extravió como la mayoría de las solicitudes de inmigrantes!!!!

jesusandresdedios dijo...

lo siento pero NO ME LO CREO.
soy policia y me parece IMPOSIBLE que alguien haga eso, porque es SEGURO QUE SI LO HACEN LE PILLAN

Anónimo dijo...

2009 is different.

Feliz año.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Chico qué cambio de look te me has puesto, yo que venía a desearte un feliz año nuevo y veo que ya has comenzado el año con look nuevo, renovarse o morir, sí señor!!

Un abrazo

El funcionario dijo...

Entiendo la perplejidad que pueda causar esta historia. A "jesusandresdedios", compañero funcionario de la policía nacional decirle que mi fuente es de plena confianza. La historia no es reciente y se remonta al año 1983, pero en cualquier caso tampoco está mal poner en duda el relato porque estoy convencido que el conocimiento real de la misma sin ponerlo en conocimiento de la justicia puede suponer alkgún tipo de delito. Así pues, que cada uno imagine lo que le apetezca...pero yo me la creo sin dudarlo.

Camy dijo...

Acabo de llegar a este Rincón y me parece que volveré. Muy buena esta entrada y la solución al encontrar al preso número 35 ¿Por qué se asombran si seguro que a más de uno le han repatriado de la misma manera?
Todos somos presos de nuestros propios actos.
Un saludo

Funcionario's blog dijo...

Pues yo tampoco me lo creo, qué quieres que te diga (por cierto, monumental la viñeta).

En fin, desearte que por aquellas tierras haga mejor tiempo que por aquí (no veas qué puto frío) y que el 2009 te traiga todo aquello que te apetezca.

Juanma dijo...

Después de las cosas que he visto en mi vida, me parece totalmente creíble. Vamos, que estoy al 100% con lo que dice Camy. Seguro que a más de un inmigrante le ha pasado algo así o cosas aún peores. Asimismo estoy convencido de que ese hombre no tenía papeles. ¿Va a una oficina de inmigración sin ellos? Vete al cine, Felipe...