Las mentiras de alcaldía


Los incondicionales de este blog ya conocen un buen catálogo de mentiras recopilado durante mi paso por mi unidad de recaudación municipal. Mentiras que son habituales junto con las amenazas. La más común es la de "mire usted yo le juro que este recibo ya lo había pagado". Ahora estoy en alcaldía. Más glamour pero con un catálogo de situaciones dignas de una reality show.

En las semanas que llevo en la alcaldía me ha sorprendido hasta la perplejidad una mentira muy repetida: llega una señora, o señor, se planta en la sala de espera y se sienta. Le pregunto qué hace, y me responde que está esperando ver al alcalde. Miro la agenda en el ordenador. Le pregunto si tiene cita. Respuesta tajante y sin titubeos: "pues claro". Le pido nombre y vuelvo a comprobar en la agenda. Y nada, no aparece, "mire señor, pero no tiene cita con el alcalde y hoy no le podrá atender, si quiere le tomo nota y le llamamos". Y sin dudarlo: "es que me lo encontré por la calle y me dijo que subiera, que quería verme". En este mismo instante ya empiezan los conflictos porque si el señor alcalde le ha dicho a uno de sus vecinos que suba y sin cita...pues debe entrar sin dudarlo. Vale, pues entonces espere, el alcalde le atenderá en cuanto pueda.

Entro al despacho, "alcalde hay un vecino que viene a verle, que se cruzó el otro día con él y que le dijo que subiera". Cara de póker del alcalde (que además suele estar en tres reuniones simultáneas). Claro, no me lo dice pero por su cabeza asaltan las dudas, cada día se encuentra con mil personas y puede que en algún momento le dijese a alguién que podía subir a verle.

Finalmente el señor, o señora, entra a ver al alcalde. Y cuando sale del despacho la máxima autoridad municipal me llama..."mira, en mi vida he visto a este hombre y mucho menos le he dicho que quiero verlo. Al contrario ha venido porque quiere que le de un trabajo (a ser posible como funcionario, aunque esto será otra historia) a su hijo". Ea, ya me la han colado.

Lo curioso de esta mentira es que suele venir adornada con argumentos del tipo: "es que el alcalde es mi amigo del alma, somos como hermanos", "nos criamos juntos en el colegio y le enseñé a escribir", "mi madre le daba el pecho cuando la suya no podía", "estaba todos los días en casa jugando con mis hijos, que son como de su familia"...y nunca es verdad.

Os garantizo que el capote de torero que tenía en la unidad de recaudación no sirve para nada en la alcaldía...ante una panda de profesionales dignos de la Champions league.

2 comentarios:

Funcionario's blog dijo...

Con la venta ambulante esto es habitual. Menos mal que ya me los conozco y a todos les digo: "Mañana te llamo y te digo cosas", y así voy haciendo averiguaciones.

La putada es que, a veces, los políticos, por los votos, no saben decir que no y te echan el muerto a ti. "Vete a hablar con Pedro, que él te lo solucionará". Y vienen a hablar conmigo y les digo que me traigan los papeles. "No, pero si me ha dicho tal persona -cargo eventual- que tenía sitio en el mercado, que sólo faltaba que me dijeses el número".

Y todo mentira.

Por cierto, crack, felicidades por el "ascenso", aunque sólo sea de planta.

Juanma dijo...

Si es que España (y en especial Andalucía) sigue siendo el país de la picaresca...

¿Qué diferencia hay con los tiempos de El Lazarillo? Hay gente que sigue intentando colarla mientras pueda, vendiendo 2 céntimos por 1 euro, escaqueándose de pagar las comidas mientras puedan, y un largo etc.