OEA: el ciruelo de J.


OEA (no confundir con la Organización de Estados Americanos), o lo que es igual el selecto y reducido grupo de funcionarios adscritos al grupo de Operaciones Especiales de Alcaldía. Somos diferentes y estamos preparados para cualquier contingencia. Desde preparar un café con restos de polvo de talco a montar el cirio padre alterando la agenda del mismísimo alcalde. Puede incluso darse la circunstancia de que el servicio de escolta se encuentre asegurando el perímetro a más de cinco kilómetros del primer edil mientras el susodicho se encuentra sólo y desamparado ante una terrorífica comunidad de propietaros cabreados con el ayuntamiento. Todo es posible.

Quienes trabajamos en la primera línea de fuego de la primera autoridad municipal sabemos de política internacional, informática, gestión tributaria, recetas con Thermomix (para darle coba a las mujeres de los concejales), artes marciales, fontanería, protocolo y toreo profesional.

Nada mejor que un ejemplo para expresar nuestra alta cualificación. Esta mañana coincidí con mi amigo J. Estaba muy preocupado y como miembro del OEA necesitaba mi ayuda. J. es funcionario y además de estar incluido en 38 bolsas diferentes participa en las pruebas de selección para la policía local. A J. le inquietaba que en el reconocimiento médico el facultativo en cuestión le hiciese bajar los calzoncillos y le palpase el ciruelillo al completo. A la salida de tan completo reconocimiento había consultado con otros aspirantes y al parecer a ninguno le habían escudriñado sus partes más íntimas. J. me reclamaba una investigación profunda al respecto y que además lo pusiera en conocimiento de la máxima autoridad municipal.

Lo peor de todo es que hasta donde han llegado mis investigaciones, al más puro estilo detective Colombo, parece que J. está en lo cierto. Toda la mañana ocupada buscando una explicación y al final no tengo claro si decírselo al alcalde o publicarlo en el blog para el conocimiento oportuno de la toda la comunidad científica internacional. Lo siento J.

3 comentarios:

Funcionario's blog dijo...

Hipótesis se pueden formular muchas, diferentes sobre si el que realizó el palpamiento era hombre o mujer, y sobre la base de su orientación sexual.

Lo más normal es el de mujer heterosexual (aunque también se puede aplicar al hombre homosexual) al que le ha caído en gracia, y estaba palpando la "fortaleza vital" del candidato a acostarse con él/ella.

Luego también puede ser (cualquier combinación de las anteriores) que tu compañero se hubiese puesto "morcillón", y ella quería comprobar si ese "bulto sospechoso" era una porra, un móvil, una bomba encubierta de ETA, una prótesis temporal (del tipo "madeja de calcetines para el Himalaya" o "pepino de 1 kilo del Mercadona") o que simplemente se alegraba de verl@.

Lo último es pensar que esta mujer (si era lesbiana)/hombre (si era heterosexual) debía hacer reconocimientos aleatorios para comprobar que los policías de vuestro ayuntamiento "los tienen bien puestos".

También tengo otras propuestas imaginativas, del tipo "Esa gente trabaja por las noches en una fábrica de donantes de esperma y buscaban nuevos donantes, por lo que comprobaban la calidad y capacidad de J." o "Esa gente son productores de cine porno que habían visto una estrella en ciernes y querían comprobar si sus sospechas eran ciertas" que tengo que pulir un poco.

Ya dirás cosas si averiguas algo. Yo me ofrezco a prestar servicios siempre que el salario lo compense.

Patricia Martínez dijo...

Estimados Amigos del Rincón del Funcionario, me gustaría ponerme en contacto con vosotros en relación a temas publicitarios.
Si estáis interesados contestad por favor a este mensaje o facilitarme un correo electrónico en el que me pueda poner directamente en contacto con vosotros.

Saludos
Patricia Martínez

El funcionario dijo...

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El equipo multidisciplinar de redacción