¡La CHG tarda 17 años en responder un escrito!

17 AñItos Ok
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Para que luego digan que no somos concienzudos. Despacito y con buena letra. Un comunicante anónimo, al que llamaremos Cristian, me ha remitido este documento en el que un ciudadano con un humor envidiable le responde a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tras haberle solicitado esta administración una copia de su DNI 17 años después de haber realizado una petición.
Evidentemente la actuación de los compañeros de la CHG excede la lógica pero lo realmente envidiable y admirable es el buen humor, trasladado al escrito de contestación, de este ciudadano alicantino.

La desgracia de ser un funcionario de Justicia









Como ya he comentado en otras tantas ocasiones los funcionarios de Justicia son de lo peor: entre todos mataron a Manolete, participaron activamente en el asesinato de Kennedy y por su ineficacia en la tramitación de expedientes provocaron la desaparición de los dinosaurios. Ahora las Naciones Unidas deberían intervenir porque me da que ellos también son los principales culpables del cambio climático. Sólo hay que ver las imágenes de cualquier dependencia judicial para comprobar que son nefastas y poco sostenibles para el medio ambiente: montañas de papel sin reciclar, espacios carentes de ventilación, millones ácaros en los rincones, ausencia de pantallas de TFT bajas en emisiones y radiaciones y encima estoy convencido que no siguen las más elementales normas en las revisiones de los conductos del aire acondicionado (entre otras cosas porque allí también se acumulan los expedientes).
Es muy probable que existan funcionarios de Justicia que antes de comenzar el curso le piden a sus hijos que no revelen a nadie en que trabaja su padre o madre, “mira Manolito si te preguntan en que trabaja mamá les dices que es funcionaria de Correos, bueno mejor no que lo de repartir cartas va fatal, pues entonces que está en el ayuntamiento, no, no, que pensarán que está enganchada al café, mira mejor le dices que es banquera, que los pobres están sufriendo mucho. Eso, banquera”.
Dos últimas reflexiones. Por un lado el exotismo que me produce la actividad del juez Garzón(recogida con la genialidad de siempre y un simple titular por Sevach),que lejos de trabajar en los casos que se le acumulan en su juzgado (sobre criminales que están vivitos y coleando o causas judiciales que requieren un poquito de atención), o de colocarse el disfraz de San Miguel para denunciar el sistema judicial prefiere irse por otros derroteros. Derroteros loables y que en algún momento tendrán que ser atendidos porque miles de personas se merecen una explicación o al menos saber dónde se encuentran sus seres queridos, pero me gustaría que las prioridades fuesen ahora mismo más actuales.
Por otra parte siento decirle a mis compañeros de Justicia, o a los de las Fuerzas de Seguridad del Estado, o a todos, que al final todo da igual. Que a la sociedad le molesta más que le suspendan la retransmisión de los partidos de fútbol o que les retiren el “Aquí hay tomate” antes que la renovación del sistema judicial, el sanitario o el que sea...y si no me creéis sólo tenéis que ver las multitudinarias manifestaciones y el estruendoso clamor popular.
Una penita.

"ser funcionario durante los dos próximos años"...no lo entiendo, una ayudita please.


¿Será porque es viernes, por la ausencia de cafeína a estas horas, por el arroz congelado que me tomé ayer con Antonio y Pepe, por el escote disuasorio de mi compañera, por la inmensa alegría que me produce saber que hoy dormirá en su casa Julián Muñoz? No se, pero debo estar espeso o tonto del culo porque no consigo entender un artículo publicado por el expresidente de Telefónica Luis Solana.
Veamos, Solana cuyo paso por Telefónica dejó recuerdos inolvidables ha escrito en su blog una disertación la mar de original sobre la actual crísis económica mundial titulada "¡Que suerte ser funcionario!". Algo más de cuarenta líneas de empanada económica mundial y mental sacada del libro gordo de Petete y apenas una línea final dedicada a los funcionarios para decir que en este tiempo lo mejor que puede hacer la humanidad es hacerse funcionarios "durante dos años". Curiosa forma de establecer el tiempo, ¿por qué dos años?. Me da que Solana ha inventado un nuevo trabajador del siglo XXI: uno que sea funcionario durante las vacas flacas y luego, con la bonanza económica, se dedique a la especulación, a la banca, a la política o a dirigir Telefónica.

Nota: recomiendo encarecidamente entrar en el blog de este ilustre tertualiano y empresario de pro para leer ensayos tan enriquecedores como "Las monjas" y dejar oportunos comentarios a sus obras literarias.

Cómo ser funcionario durante 36 años y no morir en el intento


Yo no había nacido y mi compañero ya estaba haciendo liquidaciones de impuestos a mano y con una plantilla municipal de apenas treinta personas (ahora supera las 600), incluso se disponían mensualmente a elaborar las nóminas con anotaciones en libros de cuentas y efectuando el pago a los funcionarios con dinero en efectivo y monedas dentro de sobres...Han pasado 36 años, que los cumple hoy, y el jodío está hecho un chaval.
Reconozco que desde el principio ha sido toda una referencia para mi. Un funcionario ejemplar.
Cuando hace poco más de un año tomé posesión de mi plaza como funcionario un buen número de amigos me lanzaron sin piedad un comentario estándar: “¡¿funcionario, que vas a coger tu plaza de funcionario?, venga ya, seguro que no duras ni un año, eso es aburridísimo, no es para ti!”. Es otro de los mandamiento anti-funcionarios: somos vagos, holgazanes, ausentes de inquietudes y con unas tareas tan aburridas que nos marchitan. Vale, bien, lo reconozco, ante el acoso de mi entorno tuve cierta inquietud al respecto…hasta que conocí a mi compañero y entonces supe que hay vida a pesar de ser funcionario.
Lleva 36 años trabajando. Es un profesional que destaca por hacer su trabajo mucho mejor que otros. Conoce como ninguno los entresijos de su departamento, es prácticamente imposible sacarle de sus casillas (pese a los maleducados contribuyentes), es eficiente y es muy difícil sacarle algún comentario malicioso sobre su trabajo o sus compañeros.
Posiblemente sea más divertido ser astronauta, jugador famoso de fútbol, multimillonario, o por ejemplo dueño de Microsoft pero hacer durante 36 años casi lo mismo, tener la capacidad de ir adaptándose a los nuevos tiempos (pasar del ábaco a los procesos informáticos, por ejemplo) y no morir en el intento más que ser una estupidez es toda una virtud.
Todo esto me lleva a pensar una vez más que la jubilación debería producirse antes de los 65 años. No me creo, por más que nos lo quieran vender, que la “edad dorada” más fantástica del mundo mundial sea a partir de esta edad. Las administraciones deberían seguir el ejemplo de Telefónica, que estudia prejubilaciones a los 48 años. Mientras llega este momento yo seguiré observando a mi compañero para conocer las claves que le han permitido sobrevivir con tanta dignidad durante 36 años de trabajo...que no es poco.

Minerva: la pócima mágica del ministerio de Justicia


En Murcia el ministerio de Justicia está probando un nuevo sistema informático para “evitar casos como el de Mari Luz”, según informó ayer el titular de este ministerio. Las imágenes que acompañaron la información en diversos medios de comunicación era de lo más singular: un funcionario ante el ordenador, conociendo a Minerva, y a su alrededor miles de expedientes y carpetas acumuladas.

Esta debe ser el arma secreta del gobierno para dar un giro de 180 grados al caos en el sistema judicial, bueno esta medida y la de expedientar a la secretaria del juzgado sevillano e imponer una multa de 1500 euros al despistado juez. Otras posible iniciativas como aumentar el número de plazas, cubrir las bajas de los funcionarios, mejorar las infraestructuras de todo tipo y un largo etcétera de necesidades parecen no ser lo suficientemente importantes o necesarias.
Puestos a pedir un programita mágico a mi me gustaría la escoba de la Bruja Avería para impedir, por poner un ejemplo, que algunos personajes que han cometido más de 25 asesinatos no estén en libertad o que personas condenadas a cientos de años de prisión sigan campando a sus anchas.

Envidia hacia los Servicios Operativos


Me ha resultado curiosa la reflexión que esta mañana me hizo un compañero. En los últimos años los trabajadores de los Servicios Operativos del ayuntamiento en el que trabajo han estado en el punto de mira de chapuzas, oportunistas y otros personajillos. Lo pude constatar en el transcurso de algunos desayunos, donde la escena se repetía: "eres un pringao, ¿por qué trabajas en el ayuntamiento?". La frase tenía múltiples variantes pero el objetivo siempre era el mismo, destacar lo imbécil del funcionario-operario de turno por trabajar para la administración cuando el resto de los curritos independientes se estaba forrando.
Era el boom de la construcción. La situaciones era inverosímiles. En la Costa del Sol había empresarios que contratraban vigilancia privada para evitar que otros jefes de obra se acercasen a sus trabajadores para llevárselos a otras promociones. Había días en los que las cuadrillas completas dejaban su trabajo para largarse (previo paso por caja) a otro lugar. Un familiar analfabeto, con 19 años, lo contrataron como "oficial escayolista" para una obra en las islas Canarias y le pagaban 5000 euros al mes. Y claro, también intentó convecerme para que aprendiera unas nociones básicas de albañilería o fontanería...y así dejar de ser un pringao. la pregunta, "primo, ¿cuánto dices que se cobra en tu ayuntamiento?" le producía una risa desternillante y una mirada de pena.
Pues la cosa ha cambiado. Desayunando esta mañana con los compis de los operativos me hablaban sobre todos aquellos que les llamaban pringaos y que ahora pretenden, sea como sea, conseguir una plaza en el ayuntamiento...en la casa de los pringaos.

¿Trabajo decente? Otra jornada mundial sacada del libro de la utopía



Que los funcionarios reclamemos un trabajo decente les resultará a muchos una auténtica provocación. No voy a teorizar ahora sobre las reivindaciones sociales, la solidaridad y la extensión universal de las garantías más elementales, pero en los tiempos que corren habrá muchos que antes de reclamar un trabajo decente prefieran reclamar simplemente un trabajo. En nuestro mundo desarrollado nos inventamos a diario nuevas gilipolleces: el estrés laboral despúes de las vacaciones , el estrés de los niños recién nacidos, el estrés de los niños que comienzan el colegio, el estrés por el cambio de trabajo, el estrés por tener trabajo, el estrés por no tenerlo…y ahora un buen día nos levantamos con el estrés al imaginar una jornada laboral de 13 horas diarias. Todo un avance del siglo XXI.No podemos olvidar el estrés de quienes deben invertarse cada año los peculiares “días mundiales” o “jornadas mundiales”.Y hoy, precisamente hoy, Jornada Mundial por el Trabajo Decente es cuando debemos tirar de las orejas a Sandra Tejero, por no acudir a su trabajo estando en coma lo que ha provocado su despido y el malestar de la empresa. ¡Qué desfachatez! Desde luego hay que ver cómo sufren estos pobres empresarios.

La abuelita de la Termomix


Por suerte me acaba de tomar un café. Todo iba normal, una señora octogenaria, de inofensiva apariencia quería los recibos de sus impuestos para pagarlos en el banco. Mientras la impresora sacaba los documentos y sin mediar palabra alguna una frase me paso en estado de alerta: soy vendedora de Termomix...desde hace once años. Estaba en peligro. Unas décimas de segundo para reaccionar; en este instante pensé cuál podría ser mi respuesta para salir de la trampa que planeaba sobre mi jornada laboral. Decidí no responder, centrar la mirada en el ordenador, desmontar la bandeja de la impresora y simular una avería. Insistió: ¿sabe usted qué es una Termomix? Uff, implorar a la existencia de otras personas que esperaban ser atendidas no servía ya que era la única criatura que en esos momentos estaba en la oficina. Entonces se me ocurrió montarme una batallita, “¡claro que conozco la Termomix, toda mi familia la tiene, mi madre me la regaló!”. Mentira cochina, pero cuando empezó a explicarme las bondades de la maquinita (“que sólo cuesta 1000 euros”) me di cuenta que me encontraba ante una profesional. Y poco parecía importarle que ya tuviese una.
Cuando daba por ganada la batalla me soltó la primera bomba, “¿y cuántos años tiene tu Termomix, qué modelo es?”. Joder, sólo se me ocurrió, “un montón”.Y entonces remató la faena, estaba perdido, “pues genial, porque ahora tenemos una promoción y te la cambiamos por el último modelo con un descuento de 300 euros. Lo puedes pagar en cómodos plazos a 25 euros al mes, aunque claro, siendo funcionario seguro que no lo necesitas...¿qué día me puedo pasar por tu casa? Y puedes quedar con tus compañeros para que vean lo útil que es...”.Tocado y hundido. Esta mujer es un peligro

Para que luego digan que no tenemos inquietudes


Aunque no lo crean los funcionarios pueden llegar a tener inquietudes ( al margen de la subida salarial o el incremento de los permisos para tomar café) e incluso algunos se atreven a mejorar su formación y dedicar gran parte de su tiempo libre a realizar cursos y asistir a jornadas. Con más lentitud que en la empresa privada lo cierto que desde hace unos años algo se está moviendo dentro de la Administración para que los funcionarios se vayan adaptando a los nuevos tiempos y los esfuerzos se centran en la mejora de la calidad del servicio que se presta a los ciudadanos. Se está produciendo un cambio para que la promoción interna y lo ascensos (que ahora son en “horizontal y vertical”) no se midan exclusivamente en función de la antigüedad o de unos exámenes.
Debido a esto los funcionarios sufrimos un bombardeo constante de ofertas formativas, sin embargo el resultado final puede llegar a ser muy decepcionante ya que es más fácil tener cuatro aciertos en una Primitiva que tener plaza en uno de estos cursos. Las organizaciones sindicales, por ejemplo, sacan más de cien mil plazas, un número acojonante, pero si tenemos en cuenta que hay más de tres millones de funcionarios la cifra pasa a ser testimonial.
A mi la lotería me tocó hace unos días. En las últimas semanas he sido uno de los privilegiados y he podido formarme (o la menos intentarlo) junto con otros catorce compañeros. He tenido suerte. Durante dos semanas apenas he tenido unos minutos para salir del trabajo y desplazarme a otro municipio, hacerme algunos kilómetros y meterme en un aula hasta las nueve de la noche.
Mañana estaré mejor formado...o al menos eso intenta el INAP pero, ¿quién forma a los ciudadanos?