La comida navideña de los funcionarios, ¿se acerca el fin de una tradición?




Advertencia: la lectura de esta entrada puede herir gravemente la sensibilidad.


Sin rodeos: mi ayuntamiento paga anualmente una comida para que todos los funcionarios tengamos unos momentos de dulce armonía. Una larga tradición que podría remontarse al tiempo de los Reyes Católicos y que han mantenido y consentido sin excepción todos los partidos políticos, incluyendo a los socios temporales e imprescindibles de gobierno con ideologías de izquierdas (aunque también es cierto que estos mismos le dan palmaditas al "demócrata" Fidel cada vez que pueden).

Para delimitar vuestra imaginación debéis multiplicar unos 600 funcionarios por el menú que os plazca...y la cantidad superará los 20.000 euros que salen íntegramente de las arcas municipales.

La cosa es que este año y con la que está cayendo el alcaldé reunió a los sindicatos y les propuso eliminar "temporalmente" la comida para destinar la cantidad a alguna ONG local o a familias necesitadas. Se barajó incluso una alternativa híbrida como la de cobrar el cubierto con una cantidad simbólica para hacer lo mismo: repartir el dinero entre quienes peor lo están pasando. Por razones que no puedo confesar (recordad que en mi sueldo multimillonario hay una claúsula de confidencialidad) la propuesta no ha prosperado y ayer se consumó nuestro almuerzo.

La política entra en juego y todo se complica. Quienes en los últimos días han propagado rumores para boicotear la comida tachándola de escandalosa con la boca pequeña (para no cabrear a los funcionarios) apoyaron hace casi dos años un suculento aperitivo de canapes y vinos con la llegada de la nueva corporación municipal (eso sí sólo para los funcionarios que trabajaban en el edificio principal) con un desembolso de miles de euros.

Puede ser escandaloso que en todos estos años a ningún gestor municipal, a ningún partido de la oposición y a ningún sindicato se la haya ocurrido promover el fin de la tradición, pero también es cierto que entre los funcionarios no ha existido clamor popular alguno que respalde su final.

Ahora, os recuerdo una vez más la advertencia del inicio y os confieso que en una deliciosa y divertida velada brindé a vuestra salud. Lo siento.


Crean un seguro para políticos corruptos


Argentina, el precioso país que Pedro nos muestra en su blog, la patria de Maradona, los inventores del corralito, de los tópicos personajes locuaces capaces de vendernos a su madre o de la parejita presidencial Kirchner, cuyo dudoso patrimonio crece cada día, saca ahora la noticia de que una de sus principales aseguradoras pretende comercializar a partir del próximo año un seguro destinado a potenciales políticos corruptos.

Al parecer AON ofrecerá a los políticos electos un seguro por si en algún momento de sus vidas deciden "desviarse" del buen camino, incluyendo entre sus coberturas el enriquecimiento ilícito, la malversación de fondos públicos y la asociación ilícita entre otros. La aseguradora además de asumir los gastos de representación del personaje público en cuestión también se haría cargo de las indemnizaciones impuestas por los tribunales de justicia.

Desconozco si las mentes pensantes de AON están mal de la cabeza, o si pretenden obtener publicidad gratuita pero mucho me temo que este nuevo seguro tendrá sus días contados...¿o acaso lo veremos llegar también a nuestro país?

La vida te da sorpresas...

Ideas para odiar un poco menos a los funcionarios


Ya he tratado en este mismo foro y en multitud de ocasiones las simpatías que nos tienen gran parte de la sociedad. Y es que cuando sale la palabra "funcionario" para muchos la primera imagen que aparece en su cabeza es la de un nutrido grupo de trabajadores públicos tomando un café de seis horas, haciendo la compra en el supermercado en horario laboral, en una eternas y placenteras "bajaciones" o colocando más sellos que un portero de discoteca. Funcionario es sinónimo de sanguijuela chupóptera de la riqueza del país.

Ahora y sin que sirva de precedente (ya que la idea primigenia de este blog es la de tocarle las pelotas a todos los que nos odian) quiero que cuando la úlcera empiece a explotar al nombrar la palabra funcionario piensen en Alicia Gámez, esta compañera de Justicia secuestrada probablemente por Al Qaeda en Mauritania y que dedicaba sus vacaciones (o la hora del café y la compra en el súper) a ayudar a quienes más lo necesitan.

Y puestos a imaginar en compañeros idílicos nada mejor que hacer uso de los bomberos, que también son funcionarios. Ante la ira de un ciudadano (léase "administrado") yo he recurrido en ocasiones a una frase tipo "¿pero cuando usted me dice que todos los funcionarios somos unos vagos y chorizos también se está refiriendo a los bomberos o al personal sanitario o sólo a quienes trabajamos en este departamento?". Suele hacerse un silencio breve, pero silencio...lo justo para salir corriendo antes de que el simpático ciudadano lo interprete como una chulería e intente agredirte.

La cosa es que este cariño incondicional por determinado funcionarios (los buenos de la película) lo ha constatado el propio Centro de Investigaciones Científicas (CIS), que en su estudio "Riesgos y Catástrofes. Actitudes y conductas de la sociedad española" demuestra que el grado de confianza de los españoles en los bomberos supera al del resto de los funcionarios, con más de un 95% de aceptación.

En vista de los resultados a partir de ahora utilizaré más a los bomberos y la pobre Alicia Gámez para intentar corregir los efectos ulcerosos.