Contrato de integración universal ¡Ya!




Cuando el PP anunció hace unas semanas que de ganar las elecciones establecería un contrato de integración para inmigrantes no me sorprendió nada porque conozco sistemas parecidos, e incluso más ejecutivos, existentes en otros países europeos e incluso tan “ejemplares” como Noruega. El problema es que al final sería excluyente cuando a mi me gustaría que fuese de carácter universal ya que cada día vivo situaciones que difícilmente podrían darse en otro país del mundo.
Por estar en una zona turística todos los días atiendo a residentes extranjeros, fundamentalmente ingleses, que se pasean por España como si fuésemos unas colonias del Imperio Británico. Lo más curioso es que de cada diez apenas uno o dos intentan hablar en español, el resto y de forma mayoritaria se sientan y comienzan a pedir recibos sin dar ni los buenos días. Tan sólo cuando les pregunto en su idioma si no hablan español es cuando paran, piensan en qué país están, y se aventuran a dar por supuesto que el inglés es mi lengua materna. Vale, bien, al margen de la mala educación dominante todo transcurre con normalidad. Sin embargo, los hay que incluso reclaman “una persona que hable perfecto inglés para ser atendidos”…y en este caso les digo que regresen al departamento acompañados de un intérprete, que yo de inglés ni los buenos días. Antes mentir que soportar gilipolleces. Pero aun hay más, he atendido a personas que llevan más de 19 años viviendo en nuestro país y pasan de nuestro idioma y de nuestras costumbres a excepción de las cogorzas de cerveza y las intoxicaciones de sangría hasta altas horas de la madrugada.
Y es que en mi ciudad hay bares, restaurantes, supermercados y locales en los que no se habla español. Zonas en las que es imposible encontrar un cartel en nuestro idioma y donde de no ser por el sol uno creería estar en Manchester.
En dos ocasiones he estado en el ayuntamiento de Londres, el precioso y moderno edificio diseñado por Norman Foster y Ken Shuttleworth junto al Támesis y al London Tower, y nunca se me ha ocurrido sentarme en la mesa del funcionario de turno para ponerme a hablar en español, exigirle atenderme en mi idioma y encima tener la caradura de pedirle que lo haga en un perfecto español (a ser posible de la Mancha). Si alguna vez lo hago me llevaré una cámara oculta para colgar aquí como me dan una patada en el culo.
Nota: las fotos de MEL

4 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanta razón tienes puñetero... Para muchos guiris es como si todavia estuviesemos en la era victoriana, y fuesemos todos subditos de su Majestad, God save the Queen y todo eso... Pos Gibraltar español...coño

Nena del Sur dijo...

Ozu, es que España no es colonia britanica? Donde estaria este pobre pueblo pesquera sin el dinero de los guiris - hay que aguantar chico, sobre todo a las rubias jamonas que toman la playa en verano... Por cierto corchopan, Gibraltar español pero la costa pa nosotros...

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

El ejemplo de integración de los inmigrantes en el país que los acoge lo tienen claro en algunos países ya. Incluso tratándose de hijos nacidos y criados en esos países.

A mí lo del intérprete me suena bastante, ya que yo misma me vi en la obligación de pedir uno si no me atendían en mi lengua....con la diferencia de que estaba en mi propio país y la lengua que yo hablaba era la oficial.

Pedro dijo...

Cierta vez, un mamarracho se permitió reirse de mi pronunciación inglesa, yo le pregunté con toda mi mala leche, ¿habla usted español, francés,
italiano, portugués, ruso, japonés...? A todo me fue diciendo que no (afortunadamente, porque me tiré el "moco", solo hablo inglés y francés)entonces con mi "deficiente" pronunciación inglesa, le dije:
¡Cuando hable usted SOLO una lengua aparte del inglés venga a reirse, mientras tanto ¡CÁLLESE IGNORANTE!
Nos seguimos escribiendo por Navidad...
¡Por cierto! veo que tienes un gran sueldo, ¿podrías prestarme algo para llegar a fin de mes...?¿soy jubilado y no me llega...!
¡Aaandaaa...!
Un abrazo.