Los 45,08 euros de la vergüenza


No es un hecho aislado pero la llamada de ayer fue la gota que colmó el vaso. Señora mayor con acento francés. Muy indignada me manifestó que le había llegado la carta de pago de la tasa anual de basura doméstica y le parecía un abuso sin precedentes. Para esta mujer todos éramos unos chorizos que nos estábamos enriqueciendo a costa suya y de todas sus vecinas, con las que por cierto había estado hablando y se había proclamado como portavoz. Al escuchar la ristra de insultos e improperios lo primero que pensé es que a esta santa mujer le había llegado una liquidación de basura industrial en vez de basura doméstica, que suelen ser mucho más elevadas y en ocasiones se emiten por una errónea transferencia de datos con la dirección general de Catastro. Pero no. En pantalla vi que su recibo anual de basura era de 45,08 euros, o lo que es igual menos de 4 euros mensuales por la prestación de un servicio de limpieza y recogida de basuras, reciclaje, transporte a una planta de transferencia que está a más de 80 kilómetros y diversas campañas de concienciación. En definitiva un servicio público que en nuestra ciudad es altamente deficitario. Personalmente esta cantidad me parece ridícula teniendo en cuenta que es la cuota anual correspondiente a las viviendas tipo piso o apartamento sean de los metros cuadrados que sean.
Superada la perplejidad quise saber por qué razón a la señora indignada le parecía esta cantidad desproporcionada. Y la respuesta la encontré en París, donde según me explicó, los basureros le recogían gratuitamente la basura en la puerta de su casa mientras que aquí le cabreaba en exceso tener que llevarla hasta el contenedor. Ante semejante argumento he decidido ilustrar esta entrada con una linda imagen de los basureros de París recogiendo, casa por casa, la basura en los suburbios de esta ciudad.
Pues a París la mandaba de una patada en el culo.

Historias de un funcionario-grumete


He regresado sano y salvo, que no es poco. Mi aventura por las islas baleares buscando medusas ha sido un fracaso porque no hemos visto ninguna. Todo parece indicar que la causa de esta misteriosa ausencia se ha debido al viento, al descenso de la temperatura del mar, a las corrientes y a que no tenían el más mínimo interés por ver a un funcionario con aspecto de foca monje.
Sin medusas la experiencia ha sido maravillosa. Navegar a vela por Formentera, Ibiza y Mallorca ha estado francamente bien. Desde luego es algo que debe gustar o de lo contrario lo mejor es no salir de casa. Un barco a vela se mueve más que las maracas de Machín, esté o no el mar como un plato. Tampoco es un crucero y por lo tanto hay que olvidarse de camarotes espaciosos, el casino o un baño parecido al que podemos tener en casa. Sin embargo, al otro lado de la balanza tenemos un océano de sensaciones: parar donde y cuando te plazca, descubrir calas desiertas, navegar con la única ayuda del viento y sumergirte dentro de un ambiente marinero peculiar plagado de personajes interesantes.También he descubierto en este viaje iniciático que al mar la crisis no ha llegado. Nos hemos cruzado con miles de barcos y hemos permanecido atracados en puerto o fondeados en calas rodeados por centenares de embarcaciones con sus correspondientes personajillos. Y no hay crisis. Creo que nuestro velero era uno de los más humildes y sencillos, pero el coste medio de los barcos que teníamos a nuestro alrededor superaba con creces los 600.000 euros. Y siempre hemos tenido cerca algunos yates cuyo precio llega hasta los 20.000 millones de las antiguas pesetas y con más de 50 personas de tripulación. No hemos visto medusas pero nos hemos cruzado con Ronaldo, con el dueño del Circo del Sol en un espectacular velero, con jeques árabes y con multitud de ex mujeres de famosos hinchadas con grandes flotadores bajo sus tetas.

Por cierto, he descubierto que las olas y el mar no hacen buenas migas con las cámaras digitales. Esta ha sido la única fotografía que se ha salvado...tendré que repetir el próximo año.

Más vacaciones


Un vistazo a mi anterior entrada os dará una idea de que he estado sometido a demasiado estrés, un peligro inconcebible e inhumano para un funcionario de pacotilla como yo. Por esta razón he decidido irme de nuevo de vacaciones. Esta vez me embarcaré unos días en un velero de investigación oceanográfica para estudiar las migraciones de las medusas en las islas baleares.
De todas las actividades recogidas en el programa de formación interdepartamental del 2008 este es el que mejor se adapta a mis necesidades...si sobrevivo a las medusas seguro que soportaré a los contribuyentes cabreados, ciudadanos enemigos de los funcionarios y a mi jefe.
Prometo alguna foto cuando regrese...si regreso.

Embargar nóminas: una profesión de alto riesgo


Lo que más cabrea a un contribuyente es que se le embargue su nómina. Y a mi ayuntamiento le ha dado por ejecutar este procedimiento por centenares, ¿resultado?, pues una tensión sin parangón entre todos los funcionarios que debemos atender a los indignados ciudadanos y la sensación de que en cualquier momento entrará algún tipejo con un cuchillo jamonero y nos cortará las pelotas o los pelotos.
De los tres embargos posibles (nómina, cuenta corriente y casa) el que afecta al sueldo mensual se lleva el premio. Nada molesta más. Si a esto le añadimos que en la mayoría de los casos el susodicho no tiene ni idea de las deudas que se le reclaman (fundamentalmente porque se las hemos estado notificando a una dirección antigua que nunca llegó a actualizar) y que las cantidades suelen ser considerables...pues imaginad. La principal causa de la irritación se debe a su proyección laboral. Y es que nada más llegar el mandamiento de embargo a la empresa lo que suele acontecer es que el departemento de personal correspondiente te gratifica con una llamada de teléfono para darte la buena noticia. Esto si tienes departamento de personal porque si trabajas para una empresa familiar es muy probable que contacte contigo tu suegro para preguntarte directamente por qué coño no has pagado lo que debes.
Lo siguiente es fácil de imaginar; llamada de teléfono a mi departamento aderezada de insultos y amenazas y la posterior visita en la que el sujeto deudor suele aparecer acompañado de su amigo "que es abogado y os vais a cagar" o del portero de discoteca ucraniano con cara de pocos amigos (al menos amigos vivos).
Para que luego digan que la nuestra no es una profesión de riesgo.

Vamos a fijarnos en los suecos


Como no podía ser de otra manera ya se está organizando un movimiento contrario a la jornada laboral de 65 horas semanales (¡65 horas ni de coña!), propuesto como ya conté en este mismo foro, por los hijos de la Gran Bretaña. Lo llamativo de esta iniciativa es que lejos de quedarse en el mero pataleo ha surgido una corriente en la que nos proponen seguir el ejemplo de los suecos, o lo que es igual: trabajar menos y ganar más.
Pásalo.

Fichar para pipí, popó, fumar, sacarse los mocos, perseguir a las compañeras de trabajo y otras actividades ilícitas

Con la sana intención de marcarse un "tanto" que contente hasta el orgasmo a los ciudadanos el ayuntamiento de Torremolinos ha decidido que sus funcionarios pasen a fichar cada vez que quieran ir al baño, fumarse un cigarro o "comprarse una chocolatina", según informa hoy mismo el diario SUR.
Como no ha sentado bien esta medida en vez de acudir a la maquinita en cuestión ahora permiten que simplemente se le notifique al jefe de servicio correspondiente. Bueno, vale, veamos, esta medida aparentemente sirve para vender a los vecinos la buena gestión de su alcalde, que controla hasta el extremo a sus funcionarios en un afán por controlar el gasto público, la productividad y bla bla. Es una iniciativa que cabrea a los funcionarios y alegra al resto pero el problema es que propicia la idea de que estamos todo el día con la próstata alegre, el puro habano de lenta combustión y en la maquinita de las chocolatinas gratuitas.
Podríamos darle una medalla.

El retorno y encuentro con los sufridos contribuyentes


Haré caso omiso a quienes me han pedido que cuente cómo han ido mis vacaciones. A estas alturas lo único que me falta para que me declaren ciudadano non grato y me quemen el coche es que encima de ser funcionario les muestre que tengo vacaciones y que encima me lo paso bien. Todo a su debido tiempo. Tampoco puedo poner muchas fotos ya que en la mayoría salgo desnudo y la ONU obligaría a Google a cerrar el blog y Estados Unidos me mandaría a Guantánamo.
Para ganarme la simpatía de los ciudadanos les diré que mi viaje ha sido una incursión lúdica con el único propósito de conocer cómo viven los funcionarios de otros países. De Grecia os diré que lo están pasando francamente mal con lo del tabaco, una costumbre tan popular como nuestra paella. No terminan de asumirlo y un tufo de mala leche impregna los despachos. Y en Turquía se afanan por mejorar para entrar en la Unión Europea. En fin, que ahora me incorporo al trabajo y siento que tengo depresión postvacacional, quizá deba darme de baja e irme al balneario de La Toja.
A mi regreso me he encontrado con unos personajes la mar de simpáticos y que bien merecen una entrada. Veréis, dos días antes de que en mi oficina se emitan los recibos del temido IBI (o lo que es igual la famosa “contribución”), ya había colas para recoger las cartas de pago y volar al banco más cercano para pagarlos. Y por más que les decía a los vecinos ejemplares que no había prisa por pagarlos y que el plazo voluntario finaliza en octubre todos me respondían lo mismo: “el que paga descansa”, o “yo es que si no lo pago ya no duermo tranquilo”. Y esta actitud en los tiempos que corren me fascina.
Para ellos, y para todos vosotros mi pitufito de carne mechada matutino y un buen café...y una fotito del viaje. De Kéfalos, un lugar precioso.